El gobernador de Puebla, Alejandro Armenta, anunció que su administración trabaja en la creación de una Ley AntiMilpa, una iniciativa que busca atacar de raíz la corrupción en el ejercicio del poder público. Esta legislación pretende erradicar prácticas como los “diezmos”, los donativos forzados y el uso político de los recursos públicos.
Armenta explicó que el término “Milpa” se refiere a aportaciones obligadas o ilegales que funcionarios y contratistas entregan a cambio de favores o contratos.
Aunque estas prácticas han sido señaladas y denunciadas durante años, advirtió que aún persisten en diferentes niveles de gobierno, muchas veces bajo nuevas modalidades.
Durante su intervención, el mandatario hizo un repaso histórico de los esfuerzos por combatir la corrupción en México, recordando la “renovación moral” impulsada en los sexenios de José López Portillo y Miguel de la Madrid.
No obstante, alertó sobre los riesgos de caer en una sobrerregulación ineficaz, que solo deriva en estructuras burocráticas incapaces de liberar los recursos con eficiencia.
“Cuando el gobierno sobrerregula, se crean burocracias ineptas que frenan el flujo de recursos. Lo digo como profesional en administración pública”, subrayó.
Armenta sostuvo que el enfoque debe ser distinto: no crear más estructuras, sino aplicar la ley con firmeza y sin tintes políticos.
“Hay que aplicar la ley de manera estricta, no con un sesgo político. En el gobierno de la Cuarta Transformación en Puebla no perseguimos a nadie, ni estamos en contra de nadie. Promovemos valores y principios, pero la corrupción es como la hiedra: hay que podarla constantemente”.
El gobernador reiteró que la Ley AntiMilpa debe contener sanciones claras y efectivas para quienes incurran en actos de corrupción desde el inicio de su función pública.
“Quien quiera servir al estado debe saber que no podrá cometer irregularidades sin consecuencias. Esta ley tiene que establecer un marco que impida la impunidad”, afirmó.
Finalmente, enfatizó la necesidad de transparentar los recursos y donativos, ya que en muchos casos, lo que se conoce como “diezmo” ya no representa el 10 %, sino cantidades aún mayores.
