Fallece Pepe Mujica: Uruguay y el mundo despiden a un líder auténtico
Montevideo, Uruguay – [fecha de publicación]
José “Pepe” Mujica, expresidente de Uruguay (2010-2015), falleció a los 89 años tras una larga lucha contra un cáncer esofágico. La noticia fue confirmada esta mañana por autoridades uruguayas y su esposa, la también exsenadora Lucía Topolansky.
Con su partida, América Latina pierde a uno de los líderes más carismáticos, humildes y queridos del continente. Mujica será recordado no solo por sus políticas progresistas, sino por su estilo de vida austero, sus discursos llenos de sabiduría y su compromiso inquebrantable con la justicia social.
Una vida marcada por la lucha y la coherencia
Nacido el 20 de mayo de 1935, Mujica tuvo una vida marcada por la militancia y la lucha política. Fue guerrillero del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros en los años 60 y 70, por lo que pasó casi 15 años en prisión durante la dictadura militar uruguaya. Su experiencia como preso político moldeó gran parte de su visión humanista.
Tras recuperar la libertad, Mujica se integró a la política democrática con el Frente Amplio. En 2010 asumió la presidencia del país, ganándose el respeto internacional por su honestidad y sencillez.
El “presidente más pobre del mundo”
Durante su mandato presidencial, Mujica donaba cerca del 90% de su salario a organizaciones benéficas y vivía en su modesta chacra a las afueras de Montevideo, acompañado de su perro de tres patas, “Manuela”. Su filosofía de vida y sus críticas al consumismo lo convirtieron en un ícono global.
En foros internacionales, como la Cumbre de Río+20, Mujica sorprendió al mundo con discursos que invitaban a la reflexión sobre el medioambiente, la libertad y el sentido de la vida.
Legado político y humano
Funeral y homenajes
El gobierno uruguayo ha decretado duelo nacional por tres días. Se espera una gran movilización popular para rendirle homenaje en el Palacio Legislativo, donde será velado con honores de Estado. Posteriormente, sus restos serán enterrados en una ceremonia privada.
La muerte de Pepe Mujica marca el fin de una era. Su vida fue testimonio de que es posible hacer política sin perder la humanidad. Hoy el mundo despide no solo a un expresidente, sino a un hombre que vivió con dignidad, luchó con pasión y se marchó con la conciencia tranquila.
